Primer borrador
Estaba en 2do año de preparatoria cuando decidí ser maestra.
He conocido gente que desde muy pequeños sabían lo que querían estudiar. Mi caso no era ese. Yo pasé por querer ser veterinaria, doctora, licenciada en sistemas, derecho, contabilidad, chef, entre muchas profesiones más que no nombro porque entonces no termino.
No soy de ese tipo de gente que estudia una carrera porque sus padres se dedicaron a ésa misma.
Mi caso tampoco es de que mi familia me obligue a estudiar no lo que me guste, sino lo que ellos quieren que sea.
Era un día sábado, estaba descansando en mi casa cuando tocaron la puerta, eran dos vecinitos. Me pidieron de favor que si podía explicarles la suma y resta de fracciones. Con mucho gusto accedí ya que me considero buena para las matemáticas y que decir para las fracciones... eran mi coco de la primaria, conforme fui creciendo entendí el procedimiento y al estarlas practicando constantemente les tomé un gran aprecio.
Rápidamente los pasé a mi patio, ahí coloque mi pizarrón, una mesita y dos sillas. Comencé con lo básico saber cuál es y qué indica el numerador y denominador, una vez aclarado eso empecé a ponerles fracciones básicas para explicar como se realizaba el procedimiento.
Así seguí durante una hora, me sentía muy feliz el poder ayudar a niños. De repente uno de los pequeños me dijo "Laurita, deberías de ser maestra, eres muy buena". Y la verdad es que nunca me lo había planteado seriamente.
Comentarios
Publicar un comentario